13 de junio de 2017

Una Playa de Cristal

La radiación electromagnética generada por el Sol, puede clasificarse en 2 tipos: la radiación no ionizante y la radiación ionizante.

Las ondas electromagnéticas no ionizantes comprenden el espectro de la luz visible, los infrarrojos, las microondas y las ondas de radio. Se caracterizan por ser ondas de bajo contenido energético, incapaces de transformar la estructura molecular de la materia. El efecto más común que producen es el calentamiento de objetos o tejidos.

Las ondas electromagnéticas ionizantes, sin embargo, se sitúan más allá de la luz visible, en el espectro de los rayos ultravioleta, los rayos X y los rayos Gamma. Se caracterizan por ser ondas de alto contenido energético, capaces de transformar la estructura molecular de la materia. Este tipo de ondas son las responsables de la aparición del cáncer de piel al exponernos demasiado tiempo a ellas.

Por otro lado, existe un material capaz de bloquear el paso de la radiación ionizante y que al mismo tiempo permite el paso de la no ionizante... en efecto, es transparente y se llama cristal.

Ahora imaginemos que se lleva a cabo un proyecto muy ambicioso. Una iniciativa surgida de la idea de poder tomar el Sol en la playa sin que tengamos que estar preocupándonos por el uso de las cremas solares para evitar el cáncer. El proyecto piloto se llama Playa de Cristal, y consiste en proyectar, a varias decenas de metros del suelo, una enorme concha de cristal que cubre la zona de arena y agua de una playa cualquiera.

En esta Playa de Cristal, la gente puede disfrutar del Sol, de su luz y su calor, de la brisa del mar y de la despreocupación por los rayos ultravioleta que provocan cáncer.