14 de noviembre de 2013

Los Coches del Futuro

La industria del automóvil es una de las más grandes y que más recursos logra movilizar del planeta. Desde la invención del automóvil hacia finales del siglo XIX, su producción y modernización incesante no ha dejado de asombrarnos. Los coches forman parte ya de la sociedad humana, son un elemento indiscutible de nuestra existencia como especie y nos acompañarán en sus diversas formas y evoluciones hasta el fin de los tiempos (si todo va bien).

El coche empezó siendo un artículo de lujo, pero su producción continuada ha logrado perfeccionar la técnica, reducir sus costes, mejorar sus prestaciones e ir acercándolo a la inmensa mayoría de la población mundial. El coche es un triunfo de la movilidad a nivel mundial y sigue en auge en muchos países, sobre todo en China. El coche ha imprimido el actual modelo urbano: ha diseñado las ciudades modernas, ha asfaltado las carreteras, creado las señalizaciones, los parkings, los parquímetros, los taxis, etc.

Pero el crecimiento exponencial de la población mundial y el uso de energías fósiles, han transformado las urbes y convertido el coche en una fuente de estrés y cáncer. Los atascos de tráfico, los accidentes, el ruido y la contaminación porovocados por el uso del coche son una realidad incuestionable y creciente, y no acompañando la convivencia en las ciudades, ponen en grave riesgo la salud humana.

El coche se enfrenta por tanto a dos grandes problemas.

El primero, que debido a la masificación de personas en las ciudades, el coche no puede convertirse en medio de transporte particular para todos. El binomio una persona - un coche, es lo más irracional que se puede plantear en este ámbito a estas alturas. La congestión urbana es absoluta en todas las ciudades del mundo, incluso en aquellas diseñadas enteramente para coches, como Phoenix (Arizona, EEUU), una ciudad sin apenas transporte público que fue planteada y desarrollada en su día para el uso casi exclusivo de los coches.

En este sentido, el problema de la congestión urbana es meridiano y no se puede resolver a menos que aceptemos que no todos podemos ir en coche, o al menos, no todos a la vez. En este sentido se deben potenciar y promover medidas como el carril VAO, la conducción en días pares/impares en función del número de matrícula, etc.

El segundo gran problema al que se enfrenta el coche, es a la contaminación que produce. Las ciudades vuelven a ser tóxicas y fuentes de innumerables cánceres y enfermedades respiratorias. En un mundo donde la tecnología se extiende y evoluciona vertiginosamente, donde la manufactura a gran escala es casi un juego de niños, o donde enviar robots a explorar otros planetas es algo completamente normal, no tiene sentido seguir utilizando "coches fósiles". Es por ello que el coche eléctrico debería ser el único coche del futuro.

Muchos desconocen que el coche eléctrico se inventó antes incluso que el coche con motor de combustión interna de cuatro tiempos. Pero ya es una realidad y los grandes fabricantes deben volver su mirada hacia el bienestar de la sociedad. En estos momentos la producción y compra/venta de coches eléctricos es mínima. Y es evidente porqué: el "coche fósil" ha diseñado para sí todas las redes e infraestructuras de transporte, desde la producción hasta el consumo, pasando por la distribución. El modelo actual está tan ampliamente extendido y tan sumamente optimizado, que cuesta enormidades el cambiarlo. Más a escala planetaria. Por eso el coche eléctrico apenas se está asomando, aunque probablemente, también se deba a que el sector de los carburantes es uno de los más poderosos y lucrativos del planeta.

Es por ello que la industria del automóvil no está imponiendo el cambio de modelo, puesto que siguen fabricando muchos más vehículos "fósiles" que no eléctricos. Claro que, tampoco las infraestructuras están aun preparadas, para que se dé el salto al coche eléctrico se debe realizar un esfuerzo conjunto entre administraciones y empresas.

No obstante, mientras este cambio se empieza a fraguar, un nuevo tipo de coche está emergiendo: el coche por gas a través de energías renovables. En realidad, no es el único combustible que está demostrando ser una alternativa a los habituales derivados del petróleo (gasolina, diésel, etc.),  también el hidrógeno o biocombustibles como el etanol o el biodiésel han sido utilizados para alimentar los coches.

Llegados a este punto, sólo puedo lanzar varias preguntas al aire. ¿Habrá un cambio de modelo en los automóviles a corto o medio plazo?, de ser así, ¿qué modelo de coche acabará triunfando?, ¿respetará el medio ambiente y la salud humana?